miércoles, 23 de marzo de 2011



Estas semanas sin verte me parecieron años, tanto te quise besar que me duelen los labios. Mira que el miedo nos hizo cometer estupideces nos dejó sordos y ciegos tantas veces.
De tanto sumar pierdes la cuenta porque uno y uno no siempre son dos. Te lloré hasta el extremo de lo que era posible cuándo creía que era invencible.  No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante. Y lo mejor siempre espera adelante. Y un día después de la tormenta…






 ...Cuándo menos


 piensas sale el sol