martes, 15 de marzo de 2011

mil (+1) caras.

Que lo complicado lo tienes en tus manos. Puedo llegar a ser muy caprichosa, llorar por lo que no he conseguido en vez de seguir intentándolo. Puedo tener la sonrisa más grande que hayas visto en tu vida causada por la más minúscula sencillez o puedo ser la persona más borde con la que te vayas a cruzar en mucho tiempo. Claro que intento controlar muchas cosas que pienso y a la vez hay otras muchas que me salen espontáneas. Me gusta que me despierten despacio, en silencio, sin luz y a ser posible con un beso. Siempre me durmió que me tocasen el pelo lentamente y que me hablen al oido. Supongo que eso es algo que le pasa a una gran proporción de la población mundial. Lo de protestar es algo que probablemente lleve encima aunque no lo haga demasiado. Suelo echar de menos a la gente más la primera semana que la última y probablemente haya ocasiones en las que haga de dos días un mundo. 

Lo de exagerar también se me da bastante bien, me viene de familia. Me gusta guardar mis pequeños recuerdos en una caja o en papel fotográfico adherido a la pared de mi habitación. Adoro los pequeños detalles y las frases cortas escritas un papel roto, con espacio reducido y arrugado. Necesito dormir con dos edredones, no por el frío, por el peso y odio desayunar mucho. Es fácil que lo que más pereza me dé es ordenar el armario y sin embargo no me importe quedar a ocho kilómetros de casa. Lo de los domingos de cine me chifla pero no soporto los caseros. Me quejo cuando no tengo tiempo para mí y cuando tengo demasiado, debido a que dedico demasiado tiempo a mis vicios. Los sábados son sagrados, tanto por la mañana como por la tarde, que no me los toquen. Las escusas son algo que solo me sale si mi subconsciente me indica que es algo que quiero de verdad. Si me ves probablemente pienses que soy una chica muy tranquila, que no se agobia y vive sin más pero tengo mis rayadas y mis preocupaciones como todo el mundo, otra cosa es que no me guste expresar lo que siento en realidad. Me cuesta comprender muchas cosas pero la mayoría de las veces me conformo, para que darle vueltas de más a la noria. Es increíble la ilusión que me puede hacer un sms. Tengo épocas de gustos, si algo lo utilizo durante mucho tiempo acabo por cansarme y cogerle manía. El tiempo influye en mí y los lunes no son mi fuerte. Mis martes son peores. Los miércoles estoy estable, el jueves es de desastre, de viernes a sábado estoy en mis máximos y los domingos, todo depende. Sí, necesito esos, “cinco minutitos más...” antes de ir a clase. Aprendí a mirar a los ojos, algo que nunca supe hacer. Considero que he cometido muchos errores, también es verdad que de muchos de ellos, repetiría cada detalle e incluso alguno se puede convertir en una de las mejores cosas que he hecho. Necesito a gente a mi alrededor y sobretodo que me aconsejen, aunque suelo hacer lo que me da la gana. Es curioso saber que me gusta la leche muy fría y a la ve muy caliente. No me gusta tomar el sol pero si la playa, el mar. Puede que tenga una especie de dependencia que no había adquirido nunca con nadie. Me gusta que estén todo el tiempo pendiente de mí pero de vez en cuando necesito aislarme en mi burbuja. Hay ocasiones en las que le doy demasiada importancia a cosas de las que nadie se acuerda. Recuerdo momentos específicos con mucho cariño y otros que borraría para siempre. Dependiendo de la situación considero que hay persona que hay que expulsar de mi vida como sea pero eso no es más que una idea de fracaso porque el cariño que se crea no es tan fácil de destruir. Me encanta pensar y montarme mis películas cuando vivo algo de que no acabará nunca. No suelo pensar en el final de las cosas, sino en las consecuencias de mis actos, aunque lo hecho, hecho está. Siempre me sorprendió que me guiñasen el ojo. Si necesito un abrazo seguramente no sea de cualquiera y tenga un nombre propio. Aunque parezca mentira, adoro los chándal, preferiblemente anchos y cómodos. Un día estuve más de media hora jugando con clips y la inspiración me llega cuando peor recibida es, que se le va a hacer. 


Hablo por las noches, es algo que no he descubierto yo, mis fuentes me lo han hecho saber, más de una vez he tenido miedo de lo que pueda soltar pero no deja de ser gracioso. Siempre tuve interés por el universo y si algún día, el ser humano podrá llegar tan lejos. Me gustaría mucho hacer paracaidismo, escalada, parapente o tener experiencias de ese estilo. Los veranos, están para disfrutar, para que nos vamos a engañar, el extranjero siempre me llamó mucho la atención y una ilusión que tengo es llegar a dar la vuelta al mundo en algún momento de mi vida. Soy de las que opinan que el pasado deja huella, el presente lo vives ciegamente y el futuro significa la reflexión del presente y está para descolocar todos los planes que tenías, que normalmente no sirven para nada. Te puedo decir que casi nunca firmo de la misma manera. Perdí la vergüenza a hablar por teléfono con alguien que no conozco y no me gusta disimular que no tengo sueño cuando si que lo tengo. Creo que el amor es algo demasiado complejo como para explicarlo en palabras escritas y el odio no existe. El rencor es un sentimiento que le sustituye. Nunca pensé que nadie pudiera llegar a ser completamente feliz como conjunto de su vida. Las preocupaciones son paranoias mentales propias de cerebros demasiado ajetreados y la extrema tranquilidad nunca fue buena. Los baños de espuma me fascinan.

Si alguna vez me he viciado a algo a sido al tetris y de pequeña no me perdía un solo capítulo de Tom y Jerry, claro que sigo teniendo esa extraña predilección por las películas de dibujos animados. Siempre he querido montar en globo aerostático o en un submarino. Es difícil encontrar una serie de la cual haya visto el final. Tengo poca paciencia pero es complicado conseguir sacarme de quicio. Me hacen gracia los niños pequeños pero en un rato ya no los soporto. He conseguido que los típicos peces de pecera, pequeños y de colores que suelen durar más bien poco tiempo ahí flotando tengan más de dos años. Me llama la atención la gente que va a su bola todo el tiempo y me incomoda mucho que alguien hable demasiado. Adoro mojarme con los aspersores cuando hace excesivo calor. Me encanta el crujir de las palomitas o las míticas Lays y me da dentera arañar una carpeta aunque soporto el quirriar cuando se arrastra una silla. Pienso que lo mejor de dormir es la historia que tu mente crea solita sin que tengas ningún control sobre ello. tampoco me gusta que me digan cada dos por tres lo que tengo que hacer y lo que           no. Soy fácil de tratar  y dicen que siempre tengo mi sonrisa puesta en la cara. Lo tomo como un cumplido.


- Bien, ahora que has leído todo esto, te diré que aún no sabes nada de mí.